sábado, 29 de octubre de 2011

CHI KUNG EJERCICIO.... SENTIR EL QI EN LAS MANOS

QI

En la cultura china tradicional el (pronunciado "chi" en mandarín estándar) es un principio activo que forma parte de todo ser vivo y que se podría traducir como "flujo vital de energía".
El término está extendido también en otros países de Extremo Oriente como Corea u otros. Es similar a conceptos occidentales como energía, magnetismo animal, élan vital o energía vital.
De acuerdo a la medicina tradicional china, el es una energía que fluye continuamente por la Naturaleza, y la interrupción de su libre flujo en el cuerpo es la base de los trastornos físicos y psicológicos.

Los practicantes de ciertas disciplinas afirman que el ser humano puede controlar y utilizar esta energía, a través de diversas técnicas, acrecentándola, acumulándola y distribuyéndola por todo el cuerpo o usarla en forma concentrada, como en el Tàijíquán, el Daitō-ryū aiki-jutsu, el Aikidō y otras artes marciales. Otros afirman poder curar cierto número de enfermedades y otros efectos liberando el libre flujo del por el cuerpo humano. Éste es el caso de medicinas alternativas como el magnetismo curativo, reiki, la acupuntura la digitopuntura y de algunas disciplinas como el qìgōng.


OCCIDENTE

La ciencia occidental, no admite el concepto de como un fenómeno real desde el momento que no resulta medible con ningún dispositivo y sus efectos pueden ser explicados como sugestión. La controversia en torno al está relacionada con la explicación de su operatividad como resultado de la intervención del como un fluido inmaterial (energía). Algunos maestros de qìgōng proclaman que pueden detectar y manipular de forma directa el e incluso operar con el mismo a distancia. Hay una corriente que incluye a algunos maestros de qìgōng tradicionales, que considera que el puede ser visto como un proceso biológico y su efectividad puede ser explicada en términos familiares para la medicina occidental.

ORIGENES DEL QI

El Yin y el yang (ying-yan) fueron concebidos en la filosofía china como una forma de explicar el universo. Estas ideas conforman un sistema puramente relativista, en el cual las cosas sólo pueden ser descritas unas con referencia a otras siendo imposible la captación de algo separado del resto En teoría todas las relaciones en el universo pueden estudiarse a través de esta óptica y los chinos trataron de hacerlo de una manera muy general. Buscaron vínculos entre el cielo (yang) y la tierra (Yin) e investigaron cómo se influían mutuamente. Entre las relaciones más importantes estaban las del cielo y el hombre la tierra y el hombre y toda la complejísima red de interacciones estructuradas entre estas tres entidades.
El sistema ternario es muy importante en el pensamiento chino, no solamente porque describe las esenciales relaciones cosmo-lógicas entre el cielo, la tierra y el hombre, sino porque también provee el fundamento por el cual otras variables pueden ser explicadas Es el sustento de los trigramas del I-Ching.
A través de este sistema podremos apreciar y estudiar las formas en las cuales el hombre se ve afectado por su ambiente. Éste está dividido básicamente en dos: el ambiente inmediato, la tierra, y el ambiente general, el cielo. Ambos, el microcosmos y el macrocosmos, inciden en el hombre. Las energías de ambos tienen efectos específicos y generales sobre la energía del hombre.
Todas las cosas coexisten e interactúan en el universo. Nada puede existir de manera independiente, de modo que, si algo ocurre en el macrocosmos afectará al hombre, y viceversa, más allá de que podamos o no percibirlo con nuestros sentidos. Es de esta interacción entre el cielo, la tierra y el hombre que el qi de este último surge.
Según el Nei Jing, las energías del cielo, del hombre y de la tierra interactúan para formar el verdadero qi. Es en el hara o espacio interrenal donde las energías se transforman para convertirse en el “qi fuente” del cuerpo. Textualmente, este tratado, en su Capítulo 75, dice: “el verdadero qi es el qi prenatal proveniente de nuestros padres; el qi de la respiración proviene del cielo y el qi del alimento y del agua, provienen de la tierra, mezclándose todos ellos”.
La idea de que las energías descienden hacia el hara o espacio interrenal es típica de los textos clásicos. El hara era visto como el punto de reunión donde estas tres energías se “alquimizaban”, para transformarse en el qi verdadero.
Se deduce de esto que el qi o energía vital deberá su calidad al tipo de alimentación, a la respiración y a la herencia genética de cada individuo. Si bien para los chinos la herencia genética o “energía ancestral” era inmodificable, se ocuparon extensamente de las otras dos fuentes de energía, a través de la dietoterapia y de las técnicas de respiración.

EL QI

Hace miles de años, los maestros taoístas descubrieron los centros de Chi (energía) del cuerpo, mediante la observación interior. Para ello había que apartar el cuerpo de los estímulos externos y meditar, para que, de este modo, se activasen los sentidos internos. Mediante procesos de relajación mental y física y utilizando sus sentidos interiores, los maestros descubrieron que algunas partes del cuerpo tienen más Chi que otras. Sirven como puntos de acumulación de nutrientes para unos órganos y glándulas concretos. Estos centros pueden recibir el Chi de fuentes externas, como la fuerza electromagnética, la vibración de la tierra, la luz y la frecuencia o sonido de la luna, el sol y las estrellas. A este alimento se añade la Fuerza Universal, bajo la forma de la luz roja y violeta del amor incondicional.

EL QI PROTEGE AL CUERPO

El qi protege al cuerpo de las energías perversas, evitando su penetración por la piel o por los orificios corporales (véase más adelante el Capítulo sobre energías perversas). Un vacío de qi acarrea un estado de vulnerabilidad hacia los factores causales de las enfermedades. El So Wen dice: “Los xia (agentes patógenos) afluyen a donde hay vacío de qi”.

EL QI ES LA FUENTE DE TODO MOVIMIENTO

Esta función incluye movimiento en todo sentido: movimiento voluntario o volitivo (caminar, danzar, comer, hablar) y movimiento involuntario o vegetativo (respiración, digestión, latir del corazón, etc.).
Si estas fuerzas estuvieran “en vacío”, como se dice en medicina china, o débiles, su movilidad disminuiría (afectándose, entre otras cosas, el crecimiento del cuerpo y el movimiento que cada órgano y cada víscera efectúan a fin de tener una calidad de vida adecuada); se detendría la circulación de la energía por los meridianos, influyendo negativamente en los fluidos corporales y en la sangre, que se estancarían y generarían diversas enfermedades.