sábado, 29 de octubre de 2011

TAI CHI

El practicante de Tai-Chi encuentra paz porque trabaja en la calma, en la quietud; sin apuros ni prisas. Desarrolla constancia y desapego porque no persigue un fin, no busca el fruto de la acción y en esta meditación en movimiento el practicante llega a unir sus energías a las del universo encontrando en ello una renovación del cuerpo, mente y espíritu. En la práctica diaria de los mismos movimientos consigue además el maravilloso secreto de descubrir novedad en la repetición, lo desconocido en lo conocido y lo eterno en lo efímero.

El practicar los continuas y lindos movimientos del Tai-Chi sirve para fortalecer el cuerpo y la mente, aumentan la flexibilidad y la fuerza de músculos y tendones, condicionan los órganos internos, ayuda a disminuir la presión arteria, previenen enfermedades cardiovasculares. Sus poderes curativos se han visto comprobados en las siguientes alteraciones: Dolores crónicos, Hipertensión y arteriosclerosis, Alteraciones respiratorias y digestivas, Stress, Neurastenia y Trastornos sexuales.
En Occidente la práctica de ejercicios y deportes se limita a menudo a años de juventud y mientras más avanzamos en edad más sedentarias se convierten nuestras vidas. Esto quizá se deba a que a nivel popular no hemos llegado todavía a comprender los grandes beneficios que conlleva la práctica diaria y continua de ejercicios. Quizá también se deba a que los ejercicios y deportes a los que somos expuestos durante la juventud no pueden ser muy fácilmente practicados en edades avanzadas.

Tanto el Tai-Chi Chuan como Qigong son ejercicios que por su simplicidad pueden subsanar estos fallos y proporcionar tesoros de Paz y Salud a lo largo de toda una vida.

1 comentario: